Cynthia Witenberg

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Actitud Para la Clase

Después de ponerme a pensar un buen tiempo en los problemas que tiene la escuela, me di cuenta que hay uno muy grande y que aunque es algo difícil de resolver, creo que si se logra, toda la escuela va a ser un lugar mucho más ameno para todos.

Este problema es: la forma en la que los alumnos perciben la escuela y la forma de evaluarlos en bachillerato. Al momento en que un alumno entra a la clase, en lo primero que piensa es en sus calificaciones, en el examen y en si le cae bien, o no al maestro para ver si lo va a ayudar con su calificación en caso de ser necesario.

Estoy totalmente de acuerdo con que de alguna forma se tiene que evaluar a los alumnos, pero lo más importante es ir a la escuela a aprender cosas nuevas. El chiste es sentarte en la clase y poner atención porque sabes que es conocimiento que te va a ayudar para un futuro y si no es así, simplemente aprendiste algo nuevo. Hay que dejar de preguntar cada vez que el maestro nos enseña algo nuevo la típica pregunta que todos hemos hecho en algún momento: ¿y esto para qué nos va a servir en la vida?

Para poder cambiar toda esta perspectiva yo propongo cambiar la forma en la que los maestros evalúan a los alumnos. Empezando por quitar los exámenes, sé que ésta es una forma muy “efectiva” de evaluar los conocimientos vistos en clase, pero realmente la mayoría de los alumnos, nos sentamos en nuestro escritorio una noche antes a leer todo el cuaderno, hacer una guía de lo que va a venir en el examen y aprendérnoslo de memoria. A mi parecer, esto no es la mejor forma de evaluar y poner una calificación porque de esta manera, lo único que están evaluando es mi capacidad de memorización.

Creo que en vez de exámenes, se debería de calificar con proyectos en donde el alumno pueda desarrollar su creatividad y al mismo tiempo plasme los conocimientos adquiridos de una forma en la que, aunque seguramente tenga el cuaderno a la mano, pueda demostrarle al maestro qué fue lo que aprendió y cómo se puede aplicar eso a la vida diaria.

Otra forma de calificar, podría ser haciendo que cada alumno dé una clase de algún tema que el maestro le asigne a cada uno. Esa persona tiene que  investigar sobre el tema y dar la clase. De esta manera, los alumnos pueden entender mejor lo que se les está dando ya que la información la da un compañero suyo.

Así como estos ejemplos pueden haber muchos más, pero esto demuestra cómo si se cambia simplemente la forma de evaluar a los alumnos, se responde a la pregunta: ¿y esto para qué nos va a servir en la vida?, ya que dentro de los trabajos el alumno va a tener que demostrar para que sirve lo aprendido en el día a día; pero también se van a utilizar otras partes del cerebro del alumno que normalmente no son estimuladas y por último, los alumnos van a llegar a la clase, poner atención por gusto y no esperando una calificación que sólo evalúa una de sus habilidades.

-Cynthia Witemberg

What’s the Point?

Esta es una pregunta que puede ser utilizada para muchos temas, pero en realidad yo creo que se debe de usar cuando llega a tu mente una idea nueva que quieres desarrollar.

Lo primero que nos debemos preguntar al hacer algo es esto, porque si sabes responder a esta pregunta, quiere decir que sabes hacia dónde va dirigida tu idea o proyecto ya que es justo a lo que ésta lleva.

Relacionando esta pregunta con la idea que propongo más arriba, creo que me tengo que preguntar: ¿Cuál es el punto de hacer un cambio dentro de la evaluación de los alumnos? Mi respuesta es: los alumnos deben de ir a la escuela a aprender por interés propio, no por obligación y esto lleva a que su evaluación debería ser aplicando los conocimientos, desarrollando habilidades y no aprendiendo de memoria todos los temas vistos en clase. Creo que el punto de esto, es cambiar la perspectiva de los alumnos hacia la forma de ver el aprendizaje dentro de la escuela. Llevándolos a retener información con mayor eficacia y con una buena disposición.

-Cynthia Witemberg